Inmersos en la transición energética hacia el desarrollo renovable, España se encuentra en una posición privilegiada para liderar este gran cambio. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se espera que España alcance una capacidad instalada de energía solar y eólica de al menos 138 GW para el año 2030.
Sin embargo, el éxito de los proyectos renovables a gran escala, factor imprescindible para alcanzar los objetivos definidos en el PNIEC, depende en gran medida de un factor fundamental: la selección del terreno idóneo para el desarrollo renovable. Según datos del sector, el ratio de éxito de una instalación renovable puede variar considerablemente dependiendo de la ubicación y las condiciones del terreno rústico. Se estima que alrededor del 85 % de los proyectos renovables que fracasan lo hacen debido a problemas relacionados con la selección del terreno debido a que aglutina la mayoría de factores que privan a una instalación renovable de alcanzar el estado Ready To Build (Listo para Construir).
Los proyectos de desarrollo renovable, como plantas solares y parques eólicos, requieren de un meticuloso análisis del terreno en el que se van a ubicar. Esta decisión no solo afecta a la parte económica del proyecto, sino también a su viabilidad urbanística, medioambiental y técnica.
En primer lugar, el terreno debe contar con características topográficas y geográficas óptimas que permitan la instalación y operación eficiente de los equipos y tecnologías necesarios. Para la energía solar, por ejemplo, es crucial contar con una alta radiación solar y una topografía adecuada, con la menor pendiente posible, para la instalación de paneles solares. En cambio, la energía eólica requiere áreas con vientos consistentes y suficientemente fuertes sin afectar la elevación del terreno.
Además de ello, la elección del terreno debe considerar aspectos urbanísticos y medioambientales. En definitiva, la regulación y normativa existente para comprender la viabilidad de desarrollar un proyecto renovable sobre la localización deseada. Es crucial, por tanto, asegurarse de que el terreno seleccionado cumpla con todas las normativas y restricciones urbanísticas y medioambientales tanto a nivel local, regional, comunitario y estatal. Esto garantizará que el proyecto se desarrolle de manera sostenible y respetuosa con el uso del tipo del suelo y en el entorno natural seleccionado.
Por último, pero no menos importante, la viabilidad económica del proyecto está estrechamente ligada a la elección del terreno idóneo. Los costes asociados con la adquisición (renta o compra), preparación técnica y operación del terreno pueden tener un impacto significativo en la rentabilidad del proyecto a largo plazo.
En conclusión, la elección del terreno idóneo es un paso crítico en el desarrollo de proyectos de energías renovables en España y es el primer paso de un largo recorrido en la fase de desarrollo de un proyecto renovable. Un terreno idóneo y, por tanto, bien seleccionado no solo maximiza la eficiencia y rentabilidad del proyecto, sino que también asegura su viabilidad urbanística, medioambiental, técnica y económica. En un momento en el que la transición hacia energías limpias es más importante que nunca, la elección del emplazamiento de los proyectos se convierte en un factor determinante para el éxito de las energías renovables en España.
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